El Índice de Desarrollo Humano (IDH)
El IDH define un valor mínimo y uno máximo para cada dimensión (denominados objetivos) y luego muestra la posición de cada país con relación a estos valores objetivos, expresados mediante un valor entre 0 y 1.
Para
medir dicho valor, en 1990, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) creó el Índice de Desarrollo Humano con el objetivo de medir
los progresos generales de un país en tres dimensiones básicas del desarrollo
humano:
•
Nivel de vida digno (medido por el PIB per cápita PPA en dólares);
•
Educación (medida por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta
combinada de matriculación en educación primaria, secundaria y superior).
Según
este indicativo, el PNUD clasificó en 2005 a 177 países. A la cabeza se
encuentran Islandia y Noruega, mientras que en la cola están Burkina Faso y
Sierra Leona (las últimas 25 posiciones son de países africanos).
VIDA DIGNA
El derecho a una vida digna
IGNACIO CARRERAS
(director general de Intermón
Oxfam)
Las organizaciones no
gubernamentales son una respuesta directa de la sociedad civil al sufrimiento
de las personas menos favorecidas, y no conviene olvidar ese impulso primigenio
a la hora de evaluar su función social y sus perspectivas de futuro. Nuestro
propósito es apoyar los esfuerzos de las personas que viven en la pobreza para
que consigan su derecho a una vida digna.
La pobreza no es el fruto de un hado
maligno o de las fuerzas de la naturaleza, sino la consecuencia de situaciones
de injusticia y de problemas estructurales causados por prácticas y decisiones
humanas, que pueden y deben ser modificadas en atención a los derechos
irrenunciables que todo ser humano posee.
No hay suficiente, pues, con
construir un pozo, aportar capacitación agrícola, levantar una escuela, atender
un centro de salud o asistir a los damnificados de un terremoto. Esto debe ir
unido a un trabajo que ofrezca a las personas y a las comunidades los recursos
y capacidades necesarios para que sean ellos mismos lo que afronten su proceso
de desarrollo. Pero, cada vez más, hay que trabajar también para que el
campesino pueda vender en los mercados locales e internacionales, en condiciones
justas, esa cosecha de café, azúcar o arroz de la que depende el sustento de su
familia; hay que trabajar para que se condone la deuda externa y esos recursos
se inviertan en educación básica para todos; hay que conseguir que todas las
personas del mundo, vivan donde vivan, tengan acceso a los medicamentos
esenciales y que el sistema de patentes no ponga el beneficio de las
farmacéuticas por delante del derecho a la salud y a la vida. Hay que eliminar
el comercio ilegal de diamantes que alimenta económicamente los conflictos
armados y hay que incidir sobre nuestro Gobierno para que la Ayuda Oficial al
Desarrollo deje de ser tan escasa y poco orientada a la erradicación de la
pobreza.
En las últimas décadas se ha
avanzado mucho en el reconocimiento y exigencia social de los Derechos Humanos,
pero mucho menos en el acceso universal a una serie de derechos sociales y
económicos esenciales: derecho a unos medios de vida sostenibles, a la
educación y la salud, a la protección y asistencia humanitaria, a la participación
social y política, a la equidad de género; unos derechos que no es suficiente
con enumerar, sino que hay que crear las condiciones objetivas para que puedan
ser ejercidos.
Toda persona tiene derecho a unos
ingresos suficientes para que él o ella y sus familias puedan vivir con
dignidad. Bien está -ésa es la parte esencial de nuestra labor- ofrecer
formación o microcréditos a los más pobres para que puedan aspirar a un trabajo
mejor remunerado, abrir su propio negocio o aumentar el rendimiento de sus
pequeñas explotaciones agrarias, pero nuestra labor no puede limitarse a lo
asistencial y aislarse de la realidad social y política en la que se produce,
sino que hay que empeñarse también en cambiar las instituciones (entre ellas,
el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de
Comercio) y las estructuras que favorecen un reparto injusto de la riqueza que
se produce cada día en el mundo.
Nuestro tiempo se caracteriza por
el proceso de globalización. Este proceso puede aportar algunas ventajas
potenciales, pero, tal como se está llevando a cabo, sólo beneficia a unos
pocos y agudiza las causas estructurales que provocan la extrema pobreza e
injusticia que persisten en el mundo.
Nosotros aspiramos a otro tipo de globalización.
Que sea equitativa y beneficie a toda la humanidad, que sitúe en su centro al
ser humano y el pleno cumplimiento de los derechos fundamentales. Sólo así
contribuirá a un desarrollo verdaderamente global, inclusivo y sostenible.
Es inaceptable la situación actual
en la que el número de personas que viven en la pobreza no cesa de aumentar y
hay 250 millones de niños trabajadores. Para revertir esta situación, las ONG
debemos incrementar el impacto de nuestras actuaciones, generando una fuerte conexión
entre los programas de desarrollo y de ayuda humanitaria con las campañas de
sensibilización y de influencia social y política, impulsando cambios en el
ámbito local y en el ámbito global simultáneamente. Y esto hay que hacerlo a
gran escala, ayudando a construir y participando en un movimiento mundial por
el pleno cumplimiento de los derechos fundamentales, donde la acción de
dinamización social de las ONG facilita que cada día más personas se sientan
ciudadanos y ciudadanas del mundo y actúen, dentro de sus posibilidades, para
que estos cambios sean posibles.
EDUCACIÒN
La UNESCO advierte que millones de
niños de los países más pobres del mundo corren el riesgo de verse
privados de recibir educación como consecuencia de la crisis financiera.
El reporte Llegar a los marginados. Informe de seguimiento de la educación para todos 2010 anticipa
que probablemente un gran número de naciones distará mucho de alcanzar
las metas aprobadas por sus gobiernos en 2000, pues no erradican las
desigualdades, y los países donantes no cumplen sus promesas.
“Las desigualdades extremas y
persistentes debidas a la pobreza, la disparidad entre los sexos, la
pertenencia étnica y el idioma frenan los progresos de la educación,
despilfarran el potencial humano y socavan la prosperidad”, observa el
organismo.
En México, 34 millones de personas están en rezago
educativo; 7 millones son analfabetas; 1.4 millones de niños no asisten a
la escuela; más de 1 millón 324 mil tienen menos de cuatro años de
estudio, y hay un número inestimable de analfabetas funcionales.
Cifras del relator especial
sobre el Derecho a la Educación de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés)
dan cuenta de la marginación y la penuria educativa.
El análisis Llegar a los marginados. Informe de seguimiento de la educación para todos 2010, de la UNESCO, identifica
a quien está en la marginación educativa como quien no tiene acceso a
los servicios escolares; mientras que aquel que está en la penuria
educativa tiene menos de cuatro años de estudios y carece de
conocimientos básicos en lectura, escritura y matemáticas.
A nivel mundial, México tiene el lugar 55 en el
índice Educación para Todos, que mide el acceso a los servicios
educativos. De acuerdo con el informe, tiene el lugar 65 en la cantidad
de alumnos que alcanza el quinto grado, y el 66 en alfabetización para
adultos. Mientras que en el acceso de las mujeres a la educación, está
en la posición 58.
Aunque el país alcanza
coberturas en primaria y secundaria del 98 y 92 por ciento,
respectivamente, señaló el relator, de cada 100 niños que ingresan a
primaria, sólo 66 terminan en tiempo normativo, 17 entran en la
universidad y dos o tres en posgrado.
Cerca del 35 por ciento de los
alumnos de educación media superior deserta. Ello, advierte el relator,
se agrava con un sistema de examen único que conduce a un proceso
selectivo y castiga a los que no tienen buenas oportunidades
educativas”.
SUSTENTABILIDAD TAREA DE TODOS...
VISIÒN EXTRANJERA
INDICE DE DESARROLLO SOCIAL
Existen diversas acepciones para
el concepto de Desarrollo Social, el conocido investigador sobre el tema, el
Dr. Rolando Franco1, ha encontrado hasta cinco TIPOS DE DEFINICIONES
Desarrollo Social como:
Definición:
Desenvolvimiento de la
sociedad: Proceso de avance de una
Sociedad que sea proxima a una meta deseable, involucra aspectos
económicos, sociales, políticos y culturales.
Bienestar Humano: Proceso que busca la elevación del nivel de vida y
el
mejoramiento del acceso de la población a los
bienes y servicios disponibles.
Apoyo a sectores sociales:
Mejora de la calidad y
cobertura de la calidad de
los servicios sociales básicos, como educación,
salud y vivienda.
Cambio estructural: Proceso por el cual se reducen las desigualdades
entre los diferentes grupos sociales.
Apoyo Social: Mejoramiento del nivel de satisfacción de las
necesidades básicas de la población.
Referencias electronicas:
http://www.inegi.gob
http://www.uis.unesco.org/Education/Documents/oosci-lac-executive-summary-2012-sp.pdf
http://www.youtube.com